Querido Padre Celestial, en este momento encomiendo mi trabajo en Tus manos, pidiéndote que me concedas un espíritu de calma y disipes la inquietud dentro de mi corazón. No importa lo que venga, que se haga Tu voluntad, y permíteme aprender a ser constante en la confianza. En el nombre de Jesucristo, oro, Amén. Por favor, ayúdame a eliminar la desgracia, aclarar mi mente, mejorar las relaciones con los colegas, tener benefactores que me asistan y mantener alejados a aquellos con malas intenciones.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Comentarios (0)
No comments yet. Be the first to comment!
Join the conversation
Sign In to Comment