Recuerda...
Ninguna oración es demasiado pequeña para Dios el Padre. Confía en que Él te ama y se preocupa por ti. Acércate a Él todos los días. Incluso con tus propias palabras. Dios quiere y acepta que vengas tal como eres.
Salmo 119:2 RVR
Bienaventurados los que guardan Sus testimonios, Y los que le buscan con todo el corazón.
Echando toda vuestra ansiedad sobre él; porque él tiene cuidado de vosotros.
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