Agradezco por todo lo que el Señor ha hecho en mi vida, porque si Él no se hubiera acordado de mí, no estaría aquí hoy. Él fue mi escudo protector, mi fortaleza. Me ha cuidado hasta ahora, y no tengo nada que pagarle al demonio. Murió en la cruz por mí. Agradezco por todo lo bueno que ha hecho por mí y todo lo que sigue haciendo. No solo por mí, sino por nosotros.
Amén
Diré del SEÑOR: 'Él es mi refugio y mi fortaleza, mi Dios, en quien confío.'
Comentarios (0)
No comments yet. Be the first to comment!
Join the conversation
Sign In to Comment