Por cada amanecer que pinta los cielos,
Por el aliento que levanta y abre los ojos,
Por caminos tranquilos y tormentas que cesan,
Te agradezco, Señor, por el amor y la paz.
Por manos que trabajan, por corazones que cuidan,
Por la esperanza susurrada en cada oración,
Por la gracia que me encuentra donde caigo,
Veo Tu misericordia a través de todo.
El sol, la lluvia, las estrellas arriba,
Cada uno habla un lenguaje nacido del amor.
En cada prueba, alegría y dolor,
Tu luz guía aún permanecerá.
Así que deja que mi vida, en palabra y canción,
Declare a Ti donde pertenezco.
Con cada paso, mi alma elevará
Un himno de agradecimiento, una vida de alabanza.
Alégrense siempre, oren sin cesar, den gracias en toda circunstancia; porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.
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