Estoy agradecido por todo lo que Dios ha hecho por mí y por todas las oportunidades que se me dan cada día para acercarme más a Él. Pero me gustaría una cosa. Quiero una comunidad cristiana y amigos con los que pueda tener comunión, hablar por teléfono, tener conversaciones serias y divertirme. Me ayudaría a sentirme mucho más cerca de Dios y encendido por Él si tuviera a alguien que encendiera ese fuego. Amén.
Y consideremos cómo podemos estimularnos unos a otros hacia el amor y las buenas obras, no dejando de reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más cuanto veis que se acerca el Día.
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