Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre;
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy el pan nuestro de cada día,
y perdona nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal.
¡Gracias, Señor, por una oración tan simple y orientadora!
Así es como deben orar: 'Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Y perdona nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del maligno.'
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