Gracias, Padre, por el final de este día y por el comienzo de otra noche con la gracia de nuestro Señor Jesús, que abunda en nuestros corazones. Te necesito tanto, Jesús, que me ves tal como soy y cuidas de mí. Gracias, Jesús.
El Señor te cuida; el Señor es tu sombra a tu mano derecha; el sol no te hará daño de día, ni la luna de noche.
Comentarios (0)
No comments yet. Be the first to comment!
Join the conversation
Sign In to Comment