Padre Dios,
Gracias por todas las cosas buenas con las que me has bendecido. En tiempos de preocupación, estrés o cuando tengo emociones muy grandes, por favor recuérdame que eres el mismo Dios que me dio amigos cuando estaba solo por tu causa. Eres el mismo Dios que me despertó para cumplir tu voluntad y hacer mi llamado. El mismo Dios que me bendijo con una familia. Señor, bendice a las personas que tenemos, el Espíritu Santo guiando sus corazones así como el mío. Y me regocijo por todo lo que has hecho y seguirás haciendo.
En el nombre de Jesús,
Amén.
Todo buen regalo y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces celestiales, que no cambia como las sombras que se mueven.
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