Doy gracias a ti, Padre Celestial, por 3 años de sobriedad y gracias por el refugio y la comida en mi estómago. Te agradezco por esta nueva vida, nuestro bebé y mi cónyuge. Te agradezco por despertarme cada día para vivir un día más. Gracias por amarnos como lo haces y nunca dejar de amarnos.
Comentarios (0)
No comments yet. Be the first to comment!
Join the conversation
Sign In to Comment