Buenas noches a todos. Solo quiero decir gracias Padre. Los últimos días han sido difíciles económicamente, pero nuestro Señor no me ha abandonado. Esta noche reflexiono y me pregunto, ¿cómo llegaste tan lejos? No hubo ni un solo día en que mis necesidades y las necesidades de mi familia no hayan sido satisfechas. Gracias Padre. Eres digno de ser alabado.
He sido joven, y ahora soy viejo; sin embargo, no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan.
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