El último día del mes es una invitación a la reflexión y la gratitud. Independientemente de los desafíos o logros, es un momento para agradecer a Dios por el aprendizaje y por Su guía en nuestra historia. Como dice el Salmo 90:12, debemos vivir con propósito y sabiduría, confiando en que cada nuevo día trae oportunidades para comenzar de nuevo a la luz de Cristo.
Por la gran amor del Señor no somos consumidos, porque sus compasiones nunca fallan. Son nuevas cada mañana; grande es tu fidelidad.
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