Queridos jóvenes, en esta vida, hay ciertos deseos que enfrentamos todos los días. Frente a cada deseo, hay una elección de sí o no. Rezo para que Dios los mantenga fuertes cuando sea el momento de girar la cabeza o señalar hacia adelante o poner la mano sobre la boca. Hay muchos, y cada uno de nosotros los conoce, pero para tener la fuerza necesaria, también debemos esforzarnos ayunando, leyendo la Biblia, orando, y para algunos, como yo, debemos usar el teléfono muy raramente y eliminar ciertas cosas del teléfono que pueden llevarnos a pecar. Toma la decisión correcta conmigo.
Ninguna tentación os ha sobrevenido que no sea común a los hombres. Dios es fiel, y no permitirá que seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, para que podáis soportarla.
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