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¡Hola a todos! Quiero contarles una historia sobre el campamento al que fui este verano. Era un campamento cristiano donde combinamos deportes y fe. Fue mi segunda vez y una noche me conmoví mucho, tenías que mirarte a ti mismo y escribir en un papel lo que pensabas que el espíritu santo te decía, durante esta tarea rompí a llorar. En un momento un chico se acercó a mí y me dijo "Además, tengo una imagen de Dios en mi cabeza y me gustaría contártela". Le dije que sí y me dijo que yo era suficiente para Dios y que nunca tenía que avergonzarme ni nada por él. Me sorprendió bastante porque creía que él había recibido eso de Dios, pero nunca me había avergonzado realmente de Dios ni nada. Todavía estuve pensando en ello un tiempo después del campamento porque tuvo un gran impacto en mí, y lo que ahora creo que quiso decir es que no importa lo que hagas en el mundo, siempre serás juzgado o chismorreado, pero Dios nunca te juzgaría. No importa lo que la gente piense de ti, no importa porque él te hizo de la manera perfecta que eres, te encuentra hermoso por dentro y por fuera, dio su vida por nosotros, por nosotros, porque sabía entonces que todos serían perfectos y que nos amaría tanto, que dio su propia vida. Amén.
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