Pasé mi primer día sin fumar en el trabajo y se siente bien.
Querido Padre Celestial,
Gracias por la fuerza que me has dado para llegar a este día sin fumar. Reconozco mis luchas con la adicción y pido Tu ayuda para superar este demonio en mi vida. Por favor, concédeme el valor para resistir las tentaciones y la sabiduría para reconocer los desencadenantes que me llevan de vuelta a los viejos hábitos.
Llena mi vida con Tu paz y consuelo, y rodéame de amigos y comunidad de apoyo mientras doy estos pasos hacia la sanación. Ayúdame a centrarme en la alegría y la libertad de vivir una vida empoderada por Ti. Que encuentre mi identidad no en la adicción, sino en Tu amor y gracia.
Confío en Tu promesa de ayudarme, sabiendo que contigo, todas las cosas son posibles. En el nombre de Jesús, oro. Amén.
Puedo hacer todo esto a través de aquel que me da fuerzas.
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