Estaba siguiendo tan bien a Dios y cambiando mi forma de pensar, pero ahora siento que ya no lo siento y que no puedo dejar de preocuparme, no importa lo que haga. Las cosas malas siguen sucediendo, me siento tan derrotado y ya no me siento tan fuerte en mi fe y no sé por qué.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Comentarios (5)
Join the conversation
Sign In to Comment