Hoy, comencé a orar por las personas que rompieron mi corazón, me traicionaron, se burlaron de mí y cualquiera que me haya lastimado en esta vida. Es solo ahora que sentí tanta libertad... que estoy orando genuinamente por ellos. Sé que todo esto es obra de Dios, y estoy verdaderamente feliz y agradecido. Rezo para que todos experimenten esta bendición también.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.
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