El enemigo está falsificando el fruto, las tácticas y las estrategias de guerra de Dios para pudrir la fe de los creyentes. El enemigo está atacando nuestra autoestima y haciéndonos demasiado confundidos o demasiado desenfocados en Dios y en el mundo. ¡Necesitamos oración para nuestros corazones, almas y mentes! Mi punto es que oren por mí, oren por ustedes y por sus semejantes. ¡Gracias!
Demolimos argumentos y toda pretensión que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para hacerlo obediente a Cristo.
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