Hermanos y hermanas, me gustaría que todos oráramos para que las situaciones agresivas en Europa y el Medio Oriente lleguen a su fin de manera pacífica. Que los líderes tengan un cambio de corazón y mente. ¡Todos debemos orar por la transformación del corazón y el alma en todos nosotros! El Señor está con todos nosotros, solo necesitamos acercarnos a él con nuestros corazones para cambiar los resultados en este mundo. ¡Bendiciones y amor para todos ustedes!
Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora y busca mi rostro y se aparta de sus malos caminos, entonces yo oiré desde el cielo y perdonaré su pecado y sanaré su tierra.
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