Oh Dios, te agradezco por mis queridos padres que me amaron y cuidaron. Esté con ellos y rodéelos con tu presencia. Abre sus corazones para confiar en tu cuidado constante. Ayúdame a mostrar cuánto los aprecio. Perdóname por las veces que los he hecho sentir tristes. Bendícelos con buena salud y felicidad. Los pongo en tus manos. Cuídalos con amor tierno, mantenlos cerca el uno del otro en esta vida y en la próxima. Amén.
Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. Son una guirnalda para adornar tu cabeza y un collar para embellecer tu cuello.
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