Para las personas que estaban luchando con la lujuria en algún momento de sus vidas, no lo den por sentado. Después de unos 18 días sin caer, me volví demasiado confiado, y en un momento, el deseo me golpeó. No llevé ese sentimiento directamente a Dios, ya que estaba pensando que, dado que ya había logrado 18 días, esta vez podría manejar evitar este pecado sin hablar con Dios. Pero, como todos saben, nunca debemos luchar contra la lujuria, sino que debemos llevar esa tentación directamente a Dios y confiar en ÉL para que se encargue de ello.
Dios los bendiga a todos, y que cada uno de ustedes supere el pecado con el que están luchando. Amén.
Ninguna tentación os ha sobrevenido que no sea común a los hombres. Dios es fiel, y no permitirá que seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, para que podáis soportarla.
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