Hola chicos, he estado luchando mucho con deseos lujuriosos y pasando por eso. Siento que es una guerra espiritual.
Porque aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne. Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo.
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