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Durante dos o tres años, he estado luchando con el pecado de la lujuria, y he estado tratando de detenerme durante mucho tiempo a lo largo de estos años. Siempre he intentado detenerme, pero nunca puedo dejar de pecar contra mi cuerpo. Ojalá me hubiera detenido al principio, habría sido más fácil. Todos los días le pido a Dios que me ayude a detener esto, siempre he pedido fuerza y conocimiento para poder detenerme, pero hasta ahora siempre me arrepiento, todos los días me arrepiento. Le pido en el nombre de Jesús que me ayude a detenerme, pero aún no he logrado ningún buen resultado. Por favor, hermanos, ayúdenme a superar este pecado, les pido que por favor oren por mí. Muchas gracias a quienes leen este mensaje.
Ninguna tentación os ha sobrevenido que no sea común a la humanidad. Y Dios es fiel; no permitirá que seáis tentados más allá de lo que podáis soportar. Pero cuando seáis tentados, también proveerá una salida para que podáis soportarlo.
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