Querido Señor Jesús, por favor ayuda a la pobre Zhang Yingdan. Ella es egoísta y arrogante, y su discurso es muy mezquino. Mi colega dijo directamente que esta persona es difícil de tratar. Por favor ayuda a esta pobre mujer y espero que pueda ser un poco más normal. En el nombre del Señor Jesús, oro, ¡Amén!
Una respuesta amable desvía la ira, pero una palabra dura provoca enojo.
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