Querido Padre Celestial, vengo ante ti hoy con un corazón agradecido por el regalo de mi esposo. Oro por su bienestar en todos los aspectos de su vida: física, emocional y espiritualmente. Guíalo en sus decisiones, protégelo del daño y llena su corazón con tu amor y paz. Concédele sabiduría en su trabajo, fortaleza en sus desafíos y una conexión profunda contigo. Que siempre refleje tu bondad en todo lo que hace, y que nuestro matrimonio continúe fortaleciéndose en tu gracia. Amén.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
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