Señor todopoderoso
¿Por qué siento que no escuchas mis oraciones? Todo lo que hago es agradecerte por mis bendiciones, por los buenos médicos, por la comida, el refugio y por mantenerme vivo para cuidar de mis hijas.
Y todo lo que pido es sanación para nuestra enfermedad que atacó tanto a mi hija como a mí.
Rezo por los tres, ya sabes, estoy a cargo, porque ellas no son creyentes.
Pero hay silencio. ¿He hecho algo mal? Y si es así, por favor perdóname.
Por favor, dame paz, quita mi preocupación y mis lágrimas y dame fe para mover montañas y seguir adelante.
Amén
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
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