Señor, por favor perdóname. Lucho, caminando por un camino que no sé si está distorsionado o sinuoso. Lucho contra mis propias adicciones, y a menudo fallo en hacer de la búsqueda del conocimiento y la verdad mi verdadera motivación. Dudo, pensando en la ansiedad del futuro. Soy codicioso por el dinero, envidioso de mis compañeros ricos, y no sé cómo caminar bien mi propio camino. Rezo para que ya no me preocupe por la cantidad de riqueza, entienda a las personas que me rodean, ame a mi familia ordinaria y esté contento con una vida verdaderamente pacífica. Rezo para que confíe mi inquietud al Señor, y en este mundo, vuelva a sentir amor y paz. Amén.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
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