Querida abuela,
Las palabras parecen tan pequeñas cuando intento expresar cuánto te extraño. El espacio que dejaste en mi corazón es inconmensurable. A menudo pienso en ti, en tu sonrisa, en tu risa y en la calidez que traías a cada habitación. Es difícil creer que ya no estás a solo una llamada telefónica o un corto viaje en coche. Cada día sin ti se siente vacío, como si me faltara una parte de mí mismo. Hay tantos momentos que desearía poder compartir contigo, pero ahora solo puedo hablarle al aire y recordar el sonido de tu voz. A veces siento como si estuvieras justo a mi lado, como si todavía debieras estar presente en mi vida, lista para consolar, escuchar y dar buenos consejos.
Tu sabiduría, bondad y amor incondicional me moldearon en quien soy hoy. Cada conversación contigo estaba llena de significado, tus palabras eran como señales que siempre me guiaban hacia el bien. Todavía escucho tus consejos, tu suave voz recordándome las cosas importantes de la vida: la familia, el amor y la perseverancia. Me dijiste que la vida está llena de altibajos, pero lo más importante es nunca rendirse, incluso cuando el camino se pone difícil. Tenías una habilidad extraordinaria para encontrar belleza en las cosas más simples, enseñándome a apreciar lo que tengo. Tus palabras estaban llenas de calidez, y tu presencia hacía que cada momento fuera especial.
Recuerdo que nos sentábamos juntas en la mesa, hablando sobre el pasado, sobre tus recuerdos de infancia y juventud. Tus historias estaban llenas de emoción, llenas de vida, y siempre las escuchaba con el corazón en un puño. En aquel entonces, no sabía que esos momentos se volverían invaluables para mí. Ahora, con tu ausencia, esos recuerdos son lo que queda. Extraño esas conversaciones, tu risa, tus historias que enriquecieron tanto mi vida.
Extraño tus abrazos, la calidez que solo los brazos de una abuela pueden brindar. Tus abrazos eran como un refugio para mí, un lugar donde me sentía segura y amada. Tenías una manera de hacer que todo fuera mejor, sin importar cuán difícil pareciera el mundo. Me recuerdas lo importante que es amar y ser amado. Cada gesto tuyo, cada momento pasado contigo, estaba lleno de amor. Ahora cada momento sin ti se siente incompleto. El mundo parece más silencioso, más triste, porque falta tu presencia. Me encuentro deseando poder pasar solo un día más contigo, para decirte cuánto te quiero, cuánto significaste para mí y cuánto te extraño. Creo que no hay nada más precioso que los momentos compartidos con alguien a quien amas. Ahora trato de atesorar esos recuerdos porque sé que lo que tuvimos nunca volverá a suceder.
Pero sé que todavía estás conmigo, en mi corazón, en los recuerdos que compartimos y en las lecciones que me enseñaste. Aunque no estás aquí de la manera que me gustaría, tu espíritu sigue vivo. Cada vez que cierro los ojos, te siento cerca, como una suave brisa o el calor del sol en mi rostro. Tu presencia está conmigo cuando enfrento desafíos, cuando tengo que tomar decisiones importantes. Siento que todavía eres mi guía, mi apoyo. Dejaste un legado de amor que me ayudará a sobrevivir los días más difíciles. Estás presente en cada alegría y tristeza, en cada pequeña victoria y cada fracaso.
Abuela, fuiste una luz en mi vida, y ahora, aunque ya no estás físicamente aquí, siempre serás parte de mí. Llevaré tu amor conmigo para siempre, sin importar dónde esté y qué suceda. Tus valores, tu enfoque de la vida, tu fortaleza, todo esto siempre permanecerá como parte de mi alma. Te extraño más de lo que las palabras pueden expresar, pero sé que estás en paz, cuidándome, dándome la fuerza para enfrentar los desafíos. Tu impacto en mi vida es indeleble.
Hasta que nos volvamos a encontrar, te mantendré en mis pensamientos, en mi corazón y en los momentos de silencio cuando siento tu presencia. Miraré el mundo a través del prisma de tus palabras, me esforzaré por lo que es más importante, por el amor, por la familia, por el respeto hacia mí misma y hacia los demás. Te extraño tanto, pero nunca te olvidaré. Tu vida tuvo un gran significado, no solo para mí sino para toda nuestra familia. Fuiste la base sobre la que construimos nuestros recuerdos compartidos. Cada día sin ti será un día en el que intentaré ser una mejor persona porque me enseñaste eso.
Te amamos siempre. Tu amor nunca se desvanecerá porque está en nuestros corazones y recuerdos. Siempre estarás en mis pensamientos, en cada paso que dé, en cada día que pase. Nos vemos, abuela, algún día, en un lugar donde no hay dolor, donde no hay lágrimas, donde estaremos juntos de nuevo. Te amamos para siempre.
El Señor está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los abatidos de espíritu.
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