¡Buenas noches a todos! Gracias, Padre, por otro día conquistado. Padre, los tiempos desafiantes que estamos atravesando parecen incesantes. ¿Cuándo parecerá que todo es el fin? ¡Todo regresa! ¡Oh Padre! ¿Cuántas más batallas tendremos que librar en esta ardua misión en los caminos tortuosos que elegimos en los cursos de nuestras vidas? ¿No sería más fácil obedecer tus benditas palabras que llenan nuestra alma perdida? ¡Oh Padre! Sana las heridas en nuestra alma, cesa los dolores físicos causados por las cicatrices del tiempo, pero tú, con tu amor incondicional, continúa guiándonos para ver la salvación. Amén.
Pero él me dijo: "Mi gracia es suficiente para ti, porque mi poder se perfecciona en la debilidad". Por lo tanto, me gloriaré aún más con gusto en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose sobre mí.
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