Desde el 7 de septiembre se suponía que debía pedirle a mi mamá que me inscribiera en la escuela de la iglesia, pero simplemente no puedo. No puedo. Cada vez que hago este plan y cuando llega el momento, me echo atrás. Estoy tan asustado y me siento tan mal que no puedo. Siento que estoy arriesgando mi eternidad por mi miedo.
Porque Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, amor y una mente sana.
Comentarios (1)
Join the conversation
Sign In to Comment