Si estuvieras aquí, mi Señor, mi vida se habría convertido en un jardín de vida, tú que secas cada lágrima de cada rostro. Amén.
Él destruirá la muerte para siempre; y el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros; y quitará el oprobio de su pueblo de toda la tierra, porque el Señor ha hablado.
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