Padre celestial, vengo ante ti con un corazón humilde buscando tu guía. Señor, ayúdame a dejar ir y liberar el pasado y mantener mis ojos fijos hacia adelante mientras busco tu voluntad y propósito para mi vida. Dame la fuerza para alejarme de cualquier cosa o persona que me mantenga estancado en este viaje. Que mis oídos escuchen cuando hables y mis pies se muevan cuando me lo digas. En el nombre de Jesús, amén.
Hermanos y hermanas, no considero que ya lo haya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por lo que está adelante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio al cual Dios me ha llamado desde el cielo en Cristo Jesús.
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