Señor, te agradezco por darme vida y bendecirme para ver otro día. Te agradezco por caminar a mi lado. Me arrepiento de mis pecados conocidos y desconocidos. Continúa limpiándome y haciéndome más como Tú, Señor. Por favor, muéstrame el camino correcto y señálame la ruta que debo seguir. No quiero vivir sin Ti. Quiero glorificarte en todo lo que hago. Ayúdame a ser consciente de mis palabras y mis acciones hoy. Por favor, continúa cubriéndome y protegiéndome. Gracias por Tu protección, especialmente cuando no me estoy protegiendo a mí mismo. Toda la gloria y el honor te pertenecen a Ti. En el nombre de Jesús, ¡Amén!
Muéstrame tus caminos, oh Señor, enséñame tus sendas. Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres Dios mi Salvador, y mi esperanza está en ti todo el día.
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