La única bendición reciente que tengo ahora mismo es despertar. Estoy agradecido por ello y le doy gracias a Dios por ello. Estaba tan perdido sin él que intentaba encajar en este mundo de pecado. Estaba maldiciendo 24/7, siempre tan enojado y celoso. Era inseguro y odiaba la forma en que me veía y actuaba. Luego, de la nada, tuve el repentino impulso de conocer a Jesús y estoy tan contento de haberlo seguido, aunque lucho. Mi vida ha sido mucho mejor. Dios me ha salvado. Sentía esta emoción inexplicable sobre cómo no tenía un testimonio fuerte para compartir con nadie, como si fuera un adicto a las drogas y Jesús apareciera frente a mis ojos, o estaba a punto de suicidarme, pero le pedí a Dios que me hablara y me dijera que me ama. Mirando hacia atrás, Dios me salvó antes de que mis luchas pudieran hacerse demasiado grandes, antes de que tuviera que compartir un testimonio como ese. Si Dios no hubiera tocado mi corazón para conocerlo, no sé dónde estaría ahora mismo.