Estoy agradecido por la gracia de Dios. Estoy agradecido por las bendiciones con las que ha sido tan generoso en mi vida, todas las bendiciones que reconozco y todas las que parece que paso por alto. Gracias Señor por la vida que me has dado. Que mi gratitud se muestre en cómo te represento y te adoro diariamente, Señor. Que mi corazón y espíritu sean lo que defina mi sumisión a Ti, Dios, no mis acciones. ¡Gracias, gracias, gracias Jesús!
Porque por gracia habéis sido salvados, mediante la fe, y esto no procede de vosotros, es el don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe.
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