¡Quiero compartir mi testimonio!
Los médicos le dijeron a mi madre que solo me quedaban meses de vida, que me quedaría sin aire, que el dolor ganaría. Pero Dios, en Su gracia, escribió otra historia e hizo de lo imposible una canción de gloria.
Mis frágiles huesos, mi pecho cansado, los constantes ataques de asma, la intensa falta de aliento. Días y noches en hospitales, respirando con la ayuda de máquinas, tantas noches de lucha, un futuro nublado. Pero cada aliento, aunque débil, era prueba divina de un Dios que es preciso.
A la sombra de Sus alas, Él me guardó, cuando el mundo decía que todo había terminado, que iba a morir. De los seis meses contados, pasaron los años, y hoy proclamo: El amor de Jesús me salvó.
Me mantengo firme, un testimonio viviente, la prueba viviente de que Dios aún realiza milagros. Si la vida es un aliento, soy una brisa que canta, porque Dios me sostiene, me levanta y me planta.
¡No hay nada que necesites temer porque Dios está cuidando de ti!
Para saber más, sígueme en mis redes sociales: @andrieuxoficial
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso. Diré yo al Señor: "Él es mi refugio y mi fortaleza, mi Dios, en quien confío."
Comentarios (2)
Join the conversation
Sign In to Comment