El Señor vendrá con gran gloria, honrado es Su nombre, que la tierra y el cielo tiemblen, que Sus enemigos se avergüencen, oro y plata, ¿cuál es la necesidad? Miren hijos e hijas, todo sucede como Él ha hablado, porque Su reino está cerca, oren, arrepiéntanse, y alabemos todos Su santidad.
Adoren al Señor en la hermosura de su santidad; tiemblen ante él, toda la tierra.
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