Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo, regocíjense conmigo si lo desean. Durante días he estado orando fervientemente para que nuestro buen Dios acerque a mi hermano a él. Y a partir de esta noche, él se acercó y me pidió una Biblia para poder leerla. ¡Alabado sea Dios! Le agradezco por esta señal, y espero que ustedes también le agradezcan. ¡La paz sea con ustedes, amén! ❤️
De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
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